Llevo días queriendo escribir este artículo, pero gracias a
una maravillosa mujer, si, han leído bien, MUJER, no vasija, tengo gran parte
de mi tiempo ocupado cuidando de mi hijo. No entiendo por qué las llaman
vasijas, son ustedes las que cosifican a estas mujeres, las insultan, las
denigran llamándolas así. Ellas son mucho más: son mujeres fuertes, valientes,
mujeres que pisan el suelo por donde pasan, capaces de cambiar las cosas, de
ponerse el mundo por montera, de hacer algo tan hermoso como lo que hacen. Son
dulces, cariñosas, empáticas, generosas… Tienen las cualidades que estoy segura
que todas querríamos ver en nuestras hijas. Entonces ¿por qué las llaman
vasijas? ¿Por qué las anulan de esa manera? ¿Por qué las reducen a un simple
objeto? Para nosotras son nuestra familia. Se merecen todo nuestro respeto,
todo vuestro respeto, el respeto de toda la sociedad.
Pero voy a lo que iba, que me entretengo por otros
derroteros. Yo hoy iba a contestar a su manifiesto. Hablan ustedes de que la
gestación subrogada niega a las mujeres su derecho a decidir. Perdonen, pero no
lo entiendo. Hace unos meses veía con orgullo como ustedes, y muchas más
mujeres, se rasgaban las vestiduras ante el intento de modificación de la ley
del aborto. Con gran acierto apelabais al derecho de la mujer a decidir sobre
su propio cuerpo, ¿Quién era la sociedad para decidir por nosotras? No
necesitamos que nos protejan de nuestras decisiones. ¿Dónde quedó eso ahora? Se
les olvidó decir que creen que la mujer tiene derecho a decidir sobre su propio
cuerpo siempre que esa decisión coincida con lo que ustedes consideran
correcto. Perdónenme pero eso no es libertad. Si el feminismo supone pasar de
una sociedad patriarcal y paternalista donde el hombre (padre, marido,
ginecólogo) decide por nosotras que es lo que podemos o no podemos hacer, para
pasar a estar bajo el yugo de otras mujeres que nos tratan como idiotas sin
capacidad de decidir, entonces, yo me bajo del barco. Dejen decidir libremente
a la mujer sobre su propio cuerpo, como tanto han reivindicado otras veces. Y
si una mujer libre y voluntariamente quiere ayudar a otras personas a
ser padres y decide gestar el bebe de otros, dejen que lo haga. Las mujeres no
somos tontas, sabemos lo que hacemos.
Hablan ustedes también de que la gestación subrogada priva a
las gestantes, bueno, vasijas según ustedes, del derecho a decidir sobre la crianza
y educación del menor que gestan. ¿Es que no han comprendido nada? Ellas no
quieren tener otro hijo, ni criarlo, sólo quieren ayudar a que otras personas puedan
hacerlo. De todas formas, siguiendo su línea argumental me pregunto ¿qué pasa
entonces con los donantes de óvulos y esperma? A fin de cuentas, una gestante
lleva al bebe en su vientre durante 9 meses pero luego no hay físicamente nada
que pueda relacionar a esa mujer con ese bebe. Pero en el caso de la donación
de gametos si que hay una relación genética de por vida. ¿Por qué aceptan
entonces la donación de esperma? ¡Si estamos privando a esos hombres de decidir
sobre la crianza de sus hijos genéticos! Pero claro, aquí las cosas son
diferentes porque les toca de cerca. Y si la mujer quiere ser madre en
solitario, algo que tanto se aplaude desde el feminismo, un importante símbolo
de la fuerza y la independencia de la mujer, necesita de un donante de esperma.
Y claro, si prohibimos la donación de esperma por el mismo motivo que ustedes
quieren prohibir la gestación subrogada, pues se nos viene abajo la maternidad
en solitario… necesitamos al hombre. Por favor, ¡vale ya del doble rasero!
Se quejan amargamente de que si la gestante decide
unilateralmente alterar las condiciones del contrato, tendría consecuencias para
ella. Pero ustedes, ¿en qué mundo viven? Los contratos, por cierto, pongo
definición según la RAE por si no lo tienen muy claro: “Pacto o convenio, oral
o escrito, entre partes que se obligan sobre materia o cosa determinada, y a
cuyo cumplimiento pueden ser compelidas.” Como decía, los contratos están para
velar por los derechos de ambas partes. Y eso pasa en todos los ámbitos de la
vida. Y si una de las partes intenta cambiar unilateralmente las condiciones,
tendrá consecuencias. No veo que alguien contrate a un arquitecto para
construir una casa, le construya un puente y queden todos tan amigos, ¿no? ¿Y
eso vulnera los derechos del arquitecto? Por favor, seamos realistas.
Por cierto, me gustaría hacerles una pregunta. ¿Por qué en
su web no hablan sobre países como USA, Ucrania o Georgia? Veo como una y otra
vez hablan de forma obsesiva de las “granjas de mujeres” en la India, dando la
errónea sensación de que en todas partes es así. La India es la excepción, no
la norma, y es el ejemplo más claro de la importancia de regular este proceso,
de hacerlo con una ley justa y clara que vele por los derechos de todas las
partes (como ya ocurre en otros países que he nombrado). Una última cosita que
creo que se les ha pasado por alto sobre la India: Los españoles no podemos
realizar una gestación subrogada allí desde enero de 2013, así que dentro de un
debate en España creo que usar ese ejemplo está un poco desfasado.
Podría rebatir uno por uno cada uno de los puntos de su
manifiesto, pero no es mi ánimo extenderme tanto para resultar aburrida. Pero a
groso modo les diré que si es inadmisible que “las capacidades reproductivas
sean compradas” entonces no por qué no atacan a las clínicas de fertilidad y
prohíben la donación de óvulos y como no, la de semen, pobres hombres, siendo
ordeñados como vacas para comprar su capacidad reproductiva. Que si, como dicen, el altruismo de la mujer sólo da la imagen de “seres para otros” hay que
prohibir tajantemente que las mujeres colaboren con ONGs. De verdad, revisen
sus razonamientos, puestos en cualquier otro ámbito suenan completamente
absurdos. Sobre otras lindezas que han dicho en su manifiesto mejor ni las menciono,
creo que caen por su propio peso.
Eso si, una cosa les voy a pedir: dejen de usar la palabra "alquiler". NADIE alquila a la mujer, ni su vientre, ni su útero ni su capacidad reproductiva. No creo que cuando ustedes contratan a una fisioterapeuta para curarles una contractura la alquilen, ni alquilen sus manos ni la capacidad curativa que conllevan, ¿no? Nosotras tampoco. Así que, por favor, dejen de insultarnos, a nosotras y a ellas, que son parte de nuestra familia y las queremos con locura.